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Todas las señales indican que aún están vivos. No os dejéis engañar por la lacónica mirada, ambos sin lugar a dudas son dependientes. No se sabe quién apretará el botón primero, aunque se nos insista que habrá un apagón, otras señales aparecerán y la conversión al gran enchufón será irremediable. Los canales se multiplicarán, los catastrofistas dirán que el cine se acaba por la piratería, las pantallas crecerán y ocuparán más que un espacio simbólico en nuestro salón. Se perseguirá a quienes dejen de consumir y se buscarán nuevas fórmulas para que paguemos desde el sillón de casa. Posiblemente alguno de los dos muera en alguna de sus formas, aunque la dependencia subsista. Estamos sin lugar a dudas viviendo el western, la expansión de terrenos no explorados, y en todo western que se precie es inevitable que exista un gran “duelo” final.