miércoles, 12 de marzo de 2008

Realidad o ficción


Hace un año sufrí un gran varapalo al enterarme que Mary Poppins no estaba basada en hechos reales. Tras ese primer golpe, mi vida se ha convertido en un sinvivir, para Navidad mis padres, tras 35 años de grata convivencia, me informaron con el rigor y el temple de un cirujano sin escrúpulos, que se habían proclamado Reyes Mágicos desde el mismo día de mi nacimiento. Como colofón a tanta ingratitud de mis informadores más cercanos, poco ha pasado desde que me he enterado que los niños no vienen de Paris… ¡Joder! Yo que vivía en un estado de plena felicidad, acudiendo a salas en las que siempre se proyectaba la realidad, ahora dudo hasta de mi propia sombra cada vez que entro en una sala. Tal es el punto que el otro día, tras ver Los Crímenes de Oxford, acudí a taquillas para reclamar que me devolvieran el dinero, que eso que había visto no podía ser realidad. Llamaron al encargado, tras una larga conversación, me dijo que me bajara de la parra, que en el mundo real el dinero no se devuelve, cuando el bien ya está consumido. Marché apesadumbrado… desde entonces me pregunto si la palabra bien, tiene el significado que hasta entonces yo le había otorgado.

2 comentarios:

Chokolaholik dijo...

Jajajajaja! Muy buena la entrada... No logro entender cómo superaste los hechos tan traumáticos que relatas... La auténtica realidad es que el muñequito del móvil que cuelga del techo se quiere ir, no aguanta más los lloros del "trasto"!!!

;D

tresureaislan dijo...

skiz.o: Que conste que el pajarraco no es una metáfora personal :D. En cuanto a los Crimenes de Oxford, casí podría ser cierto... No sé como decirlo... pero.. Un shawarma o 10 PR's salen mejor a cuenta.